viernes, 20 de abril de 2012

"¡Agentes de la cultura!": "Circulen, circulen...."


No cabe duda de que la mera mención de la palabra canon arrastra de inmediato otra palabra, marginalidad, que parece serle no sólo complementaria sino también subordinada;  en ese sentido, ésta no termina de comprenderse sino en relación con aquella. El canon, lo canónico, sería lo regular, lo establecido, lo admitido como garantía de un sistema mientras que la marginalidad es lo que se aparta voluntariamente o lo que resulta apartado porque, precisamente, no admite o no entiende la exigencia canónica (Jitrick, 2003: 19).
En este sentido, la propuesta de Libros Son, plantea una disidencia con la hegemónica visión del arte cordobés. ¿Es un libro sólo algo que se edita o es también un autor, un manuscrito y un lector?
Sentados estos principios generales en cuanto al canon, por marginal puede entenderse, en principio, una manifestación  que, deliberadamente o no, se sitúa fuera de las ordenanzas canónicas ; en el primer caso, eso puede ocurrir por un rechazo decidido y consciente de lo canónico vigente en un momento determinado, llevado a cabo a sabiendas de lo que eso puede implicar,  en el segundo, por desconocimiento de la existencia de los cánones o por un espontáneo situarse fuera del universo legal de la producción artística, más allá de todo saber acerca de los cánones.
En cuanto a la primera situación, el rechazo a veces es fundado y activo, como sucede con los manifiestos de grupos vanguardistas; en otras ocasiones descansa en prácticas que simplemente se apartan de de sistemas de producción  coherentes con la lógica de un sistema global (22)
Hay en Libros Son un curioso juego de palabras. Sí, señora, si señor, libros son, aunque no lo parezcan, aunque crea que no son libros, aunque el diseño vanguardista de editoriales como La Propia Cartonera lo descoloquen. Hay otra postura frente a la literatura canónica en Córdoba  y gestos irreverentes del lenguaje poético consolidado por la academia provincial. Sí, señora, si señor, “Libros son”, “Son Libros”, pasen y vean y que la cultura circule. “Circulen, circulen”…

1 comentario:

  1. Jitrick, Noé (1998) “El devenir de una palabra” en Cella, Susana –compiladora- Dominios de la literatura: Acerca del canon. Editorial Losada. Buenos Aires. Págs. 19 a 41.

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