jueves, 22 de diciembre de 2011

Lucas Tejerina: El poeta "cuartetero"




"Mis poemas se llaman cuarteteros, pero no hay nada de cuarteto en los temas, en realidad es el lugar desde donde yo escribo..." Palabras más, palabras menos, esto me dijo Lucas cuando le pregunté por el título de sus "Escritos Cuarteteros", que  fue haciendo circular en publicaciones caseras y además en un blog Cuarteto-Bolche que actualmente ya no está.  Y cuando veo la tapa de su libro "Historia de amor", su fotografía me recuerda a Gary, el cuartetero pionero de la faceta más "romanticona" del género que murió prematuramente. Imagino que Lucas hubiera querido ser como Gary, hubiera añorado escribir esas letras dulces de cuarteto, una pequeña  frustración suya porque estuvo muy cerca de lograrlo . Me permito reproducir una canción realmente hermosa de Gary:

"El hijo del sábado 
Se pone un vaquero apretado al cuerpo, y una camisa marrón
dos zapatillas muy blancas del año dos mil 
alza cigarrillos, un peine se apresta a salir

El sale a la calle se va hasta la esquina, alguien lo viene a buscar
se va para el baile esta noche, no le importa más
en buscar una chica, besarla invitarla a bailar

Porque es, el hijo del sábado él es, un hijo del sábado es
y tiene alas en los pies
porque es, el hijo del sábado él es, un hijo del sábado es
y tiene alas en los pies..."


"Historias de Amor" está encabezada por aquella canción de Trulalá: "... Historias de amor que me hicieron llorar/las canté en mil canciones,/hoy quiero contar/una historia de amor/una historia feliz/no quiero volver/a sentir el dolor/de perderla otra vez/historias de amor/las conozco muy bien/pero no la encontré".  
Esta historia mínima empieza con la versión de él (el durazno) conmovido frente al espectáculo de ella que repercute como "fuego y escándalo" y abre las celdas de todas sus bestias, sus alimañas... Ella es para él como un durazno suave, dulce y sabroso. Pero en la versión de ella (la almendra) él le provoca temor, no alcanza a descubrir quién habita su cuerpo que se consume diariamente en un "incendio de vidrio, cal y agua", es como el fruto oculto tras una coraza...
Por el resentimiento y la violencia que lo inunda diariamente escribe desde el cuarteto:  "escribir canciones de cuarteto es una fractura expuesta del alma, el plato donde lo humano devora raciones de un tiempo que sobra, escribo con resentimiento, pero más escribo soñando con la horda. Nadie se irá de esta vida sin antes ejercer la violencia. Todos somos asesinables".
Imagino que Tejerina sueña en cada baile tener alas en los pies, como Gary, que es un "hijo del sábado", de ese tiempo improductivo robado a la existencia, tan grandiosamente conquistado. Escribe con furia de preso que quiere abrir los cerrojos del alma buscando el reino de la alegría, acto políticamente subversivo de "las hordas". Escribir desde el cuarteto, pienso, es resistirse a ser escritor de "un libro polvoriento en una librería", salir a la calle, pasar de mano en mano, darle poesía al acto cotidiano. Las instrucciones para leer los escritos cuarteteros son: "  Desármate de horarios,/ aún es la hora en que el minuto no existe/esto no significa que no sigan copulando/segundo con segundo, segundo tras segundo". Violencia-Amor-Cuarteto, una tríada que se resuelve en el último término:  “En el plano de los individuos, la violencia desintoxica. Libra al colonizado de su complejo de inferioridad, de sus actitudes contemplativas o desesperadas. Lo hace intrépido, lo rehabilita ante sus propios ojos” (Fanon, 1983: 86). Libra al colonizado y al pobre, pero también rescata al alienado. El baile tiene la facultad de resolver la violencia del amor en la alegría y en el goce, por eso es una actitud política y cultural: “Por eso un estudio del mundo colonial debe tratar de comprender, forzosamente, el fenómeno de la danza y el trance. El relajamiento del colonizado es, precisamente, esa orgìa muscular en el curso de la cual la agresividad más aguda, la violencia más inmediata, se canalizan, se transforman, se escamotean (…) El montículo al que han subido como para estar más cerca de la luna, el ribazo en el que se han deslizado como para manifestar la equivalencia de la danza y la ablución, la purificación, son lugares sagrados. Todo está permitido porque, en realidad, no se reúnen sino para dejar que surja volcánicamente la libido acumulada, la agresividad reprimida. Muertes simbólicas, cabalgatas figuradas, múltiples asesinatos imaginarios, todo eso tiene que salir. Los malos humores se derraman, tumultuosos como torrentes de lava” (Fanon, 2003: 50-51). Acto maravilloso de un amor violento y redentor, Lucas escribe como bailando un cuarteto, como tirando un boomerang (esos que fabrica) que se eleve alto y vuelva cargado de aire y libertad para mañana. Una "o" que que se queda suspendida en la boca de los observadores como un chico ilusionado con la inocencia que dibuja su porvenir, trazando una herida en el cielo infinito como la melancolía que arrima su vida al costado de la muerte: "A veces alguien se acerca/y le ofrezco arrojar el boomerang/intercambiamos palabras mientras esperamos/una correntada de viento constante/luego el vuelo del boomerang/se refleja en la boca de quien lo tira:/dos "o" desfiguradas acercan mi alegría/a la naturaleza que orilla la vida//Algunas tardes, los jueves impares/ La mujer que me acompaña desde antes de los boomerangs/viene conmigo a los campos de agronomía./Sentada a mi lado, arrancando raíces/hay veces que llora, sé lo que ella sabe/no me hará feliz nunca/mi alegría se aleja de la orilla de la vida/con su naturaleza que orilla la muerte" (Tejerina, 2009:34-35), entonces me lo imagino queriendo alzar vuelo como Gary, el "ángel de cuarteto" , que tiene alas en los pies, porque es un hijo de sábado que ahora alegra el cielo. 

Ver:
Fanon, Franz. (2003). Los condenados de la tierra. Fondo de Cultura Económica. 
Tejerina, Lucas (2009) Vuelve. Caballo Negro Editora. Cba
____________ (2009). Historia de Amor. Editorial Textos de Cartón. Cba
_________________. Escritos cuarteteros. Edición del Autor. 


Para recordar:

Ángel: Gary

Para disfrutar:





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