jueves, 1 de diciembre de 2011

El policía cordobés


El libro Chanfles en Acción, de Víctor Retamoza fue publicado inicialmente en 1968 y fue reeditado en 1996 por Ediciones El Fundador, todavía se puede hallar esta joyita de la narrativa cordobesa en la librería del Cabildo. Retamoza fue sumariante de una comisaría y muchas de sus historias provienen directamente de su experiencia, aunque él expresa ya no recordar cuáles fueron producto de la realidad y cuales de su potente imaginación.
Retamoza fue parte del grupo de “Escritores de la Cañada” (junto con Marcos Bienvenido, César Altamirano, Carlos Gili, Juan Coletti y Maximiliano Mariotti). En esta obra incorpora el registro policial a sus cuentos incorporando directamente las notas que tomaba de los damnificados que sentaban en los respectivos expedientes sus reclamos. Los “crímenes” van de hechos triviales que rozan lo absurdo –como la riña entre vecinos- y otros que por lo desopilante de los casos provocan el humor –como el caso de un hombre que descubrió un extraño bajando del techo de su casa y resultó que era el amante de su mujer, o el de un vecino que quiere sentar precedente de que su vecino no se baña, lo cual lo incomoda al percibir diariamente sus hedores-.  Desde que Eduardo Gutiérrez escribió su Juan Moreira, utilizó el recurso de los sumarios policiales para inspirar los sucesos de su novela, según nos lo recuerda Ludmer en El cuerpo del delito. Fray Mocho fue otro gran “escritor-policía” cuyo  cargo de funcionario y cronista policial le permitió observar los tipos del hampa porteña, que trasladó a numerosas narraciones: Galería de ladrones de la Capital (1880-1887), Vida de los ladrones célebres y sus maneras de robar (1887) y Memorias de un vigilante (1897), donde elogió la institución policial. La voz del “otro” social ingresa en los textos de Retamoza a través de sus confesiones, porque es el resquicio que les deja el poder para alzar su voz y legitimar sus reclamos. En la literatura (por lo menos en la mayoría de los casos aunque hay casos paradigmáticos también en nuestra literatura cordobesa) el pobre no escribe, habla o “canta” (como en el Martín Fierro), por eso es absorbido por la voz del sujeto letrado que lo invoca para hablar “de él” o “a través de” él lo que implica un uso –que puede incluso conducir a un abuso- del "otro" por parte del escritor que duplica lo que algunas veces ocurre en el plano de las sociedades modernas: Por ejemplo, el gaucho -según nos lo recuerda Ludmer en "La gauchesca: Un tratado sobre la patria"-es visibilizado por el poder para utilizarlo en las guerras de la independencia, la misma crítica que se hace en la canción de La Mona: “La sociedad me dice, que soy un marginado más la misma que me usa para poder escalar”. El “otro”, el marginal, puede ingresar como querellante o como victimario, pero siempre se lo interpela para mantener el orden del estado, garantizar el “bien común”, por eso también es una manera de “neutralizar” las amenazas al orden burgués, garantizar la protección de la propiedad y mantener el control. En algunos de los cuentos de Retamoza el narrador desaparece y aparece directamente el documento que da lugar a la sensación de verosimilitud sobre lo expuesto y que deja librado al lector su facultad de imaginar el desenvolvimiento de los hechos. En otros de los cuentos, se produce a la escritura “paralela”: con la hoja dividida al medio el autor escribe lo que sucede “para el afuera” en los personajes y lo que sucede “internamente” al personaje, artilugio de una narración casi vanguardista que desarrolla con maestría. Al fin y al cabo somos eso, lo que somos “para los demás” para el sistema que nos reconoce por las huellas que dejamos a través de los sumarios policiales, los ingresos que ganamos, lo que gastamos y pagamos, nuestros documentos de identidad, nuestras respuestas en los censos y lo que somos “por dentro” hasta donde es posible sondear los resquicios de libertad de un poder cuasi omnipotente, como lo hace Martín Váldez, imaginando un destino escogido para su muerte en “Muerto, Joaquín Valdéz, Muerto”.



2 comentarios:

  1. Muy bueno y extenso tu análisis sobre el gran amigo Víctor Retamoza. Por si te interesa, podés consultar mi blog "Carlos Gili-Literatura"

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  2. Gracias E Gili, he estado preparando algo tuyo también y sobre los escritores de la Cañada. Un grupo de excelentes narradores como vos.

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