En el ámbito cultural resulta difícil encontrar a alguien que no se haya cruzado jamás con este joven ecuatoriano que desde hace años está dejando su legado aquí -y vaya que lo hace- en todo sentido. Su investigación sobre la esfera de lo social resulta interesantísima pues recoge una parte considerable de teoría y otra sumamente relevante de documentación testimonial, por lo cual se presenta como un exordio a la idiosincrasia del cordobés creyente y en potencias a otros fieles religiosos de diversos credos.
En concreto David se ha centrado en el análisis de los fieles evangelistas de una iglesia de Còrdoba -me reservo el nombre pues no creo que sea relevante en mi comentario-. Su enfoque interdisciplinario retoma aportes de la filosofía, la psicología, la antropología y, aunque la literatura no sea conscientemente un camino de examen creo que es muy propicia para comprender los fenómenos que describe.
Hablamos de la narratología, la ciencia de los relatos -ya sean orales u escritos- para devenir sujetos sujetados por palabras.
Cuando narramos estamos re-creándonos a través de las palabras y ante destinatarios presentes o no y con el objetivo de producir tales o cuales efectos hacemos uso de estrategias discursivas verbales y para-verbales. En nuestra agudeza para usarlas se nos va un poco la vida: el posible aumento, casamiento, ascenso, etc.
Pero el drama mayor surge cuando le hablamos a Dios y sin espacios propios de legitimación. Esto es válido para los "pobres", no "ilustrados", iletrados.
Ante los múltiples obstáculos de una sociedad secularizada, individualista, alienada y atomizada en sus principios, el discurso religioso retoma la palabra del "pobre" y le confiere su lugar.
Ser pobre no sería un dato màs si no el ejemplo de la "pasión de cristo", del camino de padecimiento hacia un mundo justo en un plano superior. El "pobre" estaría próximo a esa palabra y en la "misericordia" (en la cordialidad hacia la miseria) el burgués re-encontrarìa su mundo primitivo y genuino vedado por el "retroceso del proceso material pos revolcuòn fàbril". Un edénico territorio de dominio natural y de contemplación externa.
El nostàligo pedido de un tango hacia su arrabal sombrìo. Serìan esos pobres quienes en su credo habrìan encontrado el puente necesario para no caer al abismo de La Nada satreana y en su mirada nos reconfortaríamos (Levinas). El "otro" es un ser para "El Otro" (Dios) alejado de nuestro sinsentido espiritual.
Sin embargo, el gran problema sería el caso en que las formas litúrgicas "venden" (a veces literalmente) aquello que no pueden ofrecer: prometiendo salvaciones mágicas y valiéndose de tretas y engaños.
El "entre" situado entre la carencia espiritual y el goce de su encuentro lejos está de traducirse en heladeras, autos importados y operaciones de nariz. Más bien lo creo un momento introspectivo fundado en la alegría de la protección comunitaria y la ofrenda como camino de vida.
El gran desafío de dichos relatos -y reclamos - pasa por la elaboración de un "nosotros" cobijado en una experiencia colectiva de fe, ofrenda y generosidad... y no sólo un triunfo personal espectacularizado al nivel del raid mediático y la intención del beneficio monetario.
A continuación: las palabras de David, en su sitio www.davidaviles.com.ar
LA DESTESTIMONIALIZACIÓN
La narrativa testimonial del creyente en la sociedad contemporánea
Aproximaciones
Por: David Avilés Aguirre[1]
Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.
Jesús de Nazareth
Estamos viviendo dos historias distintas: La de verdad y la creada por los medios de comunicación. La paradoja, el drama y el peligro están en el hecho de que conocemos cada vez más la historia creada por los medios de comunicación y no la verdad.
Ryszard Kapuscinski
Nuestra Iglesia, que durante estos años sólo ha luchado por su propia subsistencia, como si ésta fuera una finalidad absoluta, es incapaz de erigirse ahora en portadora de la Palabra que ha de reconciliar y redimir a los hombres y al mundo. Por esta razón, las palabras antiguas han de marchitarse y enmudecer, y nuestra existencia de cristianos solo tendrá en la actualidad dos aspectos: orar y hacer justicia entre los hombres. Todo el pensamiento, todas las palabras y toda organización en el campo del cristianismo han de renacer partiendo de esta oración y esta actuación cristiana.
D. Bonhoffer
(mayo de 1994 desde la cárcel)
Resistencia y Sumisión
S |
iguiendo la vieja recomendación de K. Barth: “…en la una mano La Biblia, y en la otra el periódico”, habría que intentar leer la misma Escritura con un ojo en el texto de la Biblia, y con el otro, en ese texto de la vida que va cuajando en la cultura y las instituciones sociales. Solo de este modo la lectura de La Palabra evita el desenfoque de una abstracción unilateral. Espero, pues, no apartarme del tema pedido.
Considero un privilegio y una alegría especial la oportunidad de participar de esta corta ponencia llamada: “LA DESTESTIMONIALIZACIÓN. La narrativa testimonial del creyente en la sociedad contemporánea” en Córdoba. Hace algunos meses atrás, asumí con agrado el desafío de preparar una ponencia similar a esta para el encuentro de la Fraternidad Teológica Latinoamericana realizado en la ciudad de Buenos Aires en mayo del 2010. En aquella ocasión, tuve el placer de presentarla conjuntamente con Pablo Catania, Pastor de la iglesia “Jesús para todos” de la ciudad de Alta Gracia.
Desde los diálogos de aquel encuentro, se iba clarificando, al menos para mí, que una de las tareas que le espera a nuestra generación de cristianos, es la de conseguir un claro sentido de identidad cristiana, no solo como cristianos sino y sobre todo, como cristianos cordobeses, argentinos, latinoamericanos[2]. Así, la presencia y el testimonio evangélico en la sociedad contemporánea −que bien podría describirla como de aspecto misionero en el cual se cruza una frontera espiritual e ideológica− me obliga a repensar sobre la cuestión de mí (nuestra) identidad, como creyente(s).
De la poca y casi nula trayectoria que tienen los estudios sobre la narrativa testimonial en la vida del creyente −en conjunción con la cultura y la comunicación− me ha interesado poner un énfasis −el histórico− en la construcción testimonial del creyente y su relación con los medios de comunicación, particularmente sus transformaciones en los modos de percibir, representar y relatar.
Comprendo, sin embargo, que para esta indagación debo incluir un círculo más vasto que forma parte constitutiva de la vida del creyente que, concentran los encuentros espirituales por medio de los cuales éste, también se relaciona −testimonialmente− con Dios. Encuentros que a su vez requieren otra metodología para su abordaje y que, por obvias razones, son motivo de otro análisis. El anclaje temporal de dicha indagación, contempla a la Modernidad y el comienzo de los Tiempos Contemporáneos, llamados por algunos Posmodernidad. Vivimos en un tiempo de velocidad implacable, de urgencia delirante. “! Ve más rápido! ¡Los límites los pones vos!”, proclama la publicidad de Fibertel, un proveedor de Internet ADSL de Argentina. Todo se diluye y se restablece sin derechos a intervalos.
En las invitaciones a los congresos de cristianos se emplean palabras y frases como: “Sorpréndete. Experimenta. Vas a sentir el llamado de Dios como nunca antes. Disfruta de un show como NUNCA hasta hoy viste! Uno completamente ATÍPICO, fuera de las estructuras, fuera de lo de siempre. Ven a conocer a tú Dios sin las estructuras de siempre. Descubrirás cómo es Él, y cómo fue desde el principio: !CREATIVO!. Descubre tu próxima misión”.
No hay continuidad entre las acciones, no hay pausas. Vemos el presente desigual y fragmentado lleno de sorpresas, emociones y sensaciones, pero en ninguna parte aparecen las consecuencias, los resultados, los “entres” del mismo. Nada fluye libremente; apenas hay interrupciones. Son algunas de las paradojas de nuestras sociedades contemporáneas que muestran lo unificado y lo dividido, lo uniformizado y lo diverso, lo desencantado y lo reencantado. Uno de mis principales argumentos es que los cambios acelerados del mundo actual constituyen un desafío para el enfoque de las narrativas testimoniales concernientes al ámbito cristiano.
El momento actual que vive el cristianismo, exige entender tanto las continuidades, como las rupturas y transformaciones que ha traído consigo los medios masivos de comunicación, el aceleramiento tecnológico, la importancia del tiempo (carpe diem), el aumento de la exclusión y las cada vez más frecuentes economías de lenguaje que crean exacerbados reduccionismos. El tránsito de una sociedad de flujos, no ha significado la anulación de las narrativas testimoniales del creyente o de la comunidad de la cual forma parte, sino que se han modificado creando una resignificación. Un testimonio mediatizado, digitalizado, impactante, emocionante. Un neo-testimonio. Sin necesidad de caer en antojados reduccionismos, la narrativa testimonial, se ha convertido en una especia de narración anecdótica. Esto me lleva −tentativamente− a pensar que estamos en una nueva etapa, la de una anecdotización de la narrativa testimonial.
Si esta forma de construir los relatos testimoniales en la vida del creyente contemporáneo basados −exclusivamente− en y a partir del uso de los medios masivos de comunicación se aproxima a la realidad, mi propuesta será la de repensar seriamente las formas testimoniales, pensar y dar cuenta de las exclusiones de otras narrativas que también se manifiestan y que dicho sea de paso se levantan frente a nosotros, y de las cuales conocemos poco o casi nada. En este sentido, se busca trabajar en la intersecciones −el entre− que ayuden a la articulación entre el testimonio y la espiritualidad, entre lo que emerge y la densidad histórica, entre las memorias y los olvidos, entre el presente y el futuro. Entre Dios y nosotros.
Se pretende por un lado reflexionar acerca de los procesos fragmentados que ha tenido el testimonio cristiano hasta el punto de diluirse en anécdota. Disolviendo el entre del testimonio por un antes y un después. Por otro, es necesario revisar las relaciones que el testimonio mantiene entre temporalidades, tecnologías y medios de comunicación.
La noción de destestimonialización[3], pretende liberar las potencialidades de las narrativas testimoniales adormecidas por los medios masivos de comunicación. La destestimonialización, procura demostrar la capacidad de articular múltiples acciones del relato que reivindican difusiones descentralizadas y dinámicas participativas. La destestimonialización, busca la posibilidad de ver y escuchar el verdadero sentido de la diversidad en la narrativa testimonial.
La destestimonialización, es la participación activa de la gran cantidad de testimonios que se presentan en el ambiente cristiano y que éste los desconoce debido al protagonismo individual mediático que –en su mayoría cristianos− se conforman como una fuente legitimadora.
A la inversa, si no se posibilita una práctica destestimonializadora, se estaría incurriendo en una dinámica por medio de la cual el relato testimonial se reduce a una narración no solo individual y anecdótica vaciándola de sentido, sino y sobretodo en una narración que busca legitimarse en, y a partir de lo mediático.
En los ambientes cristianos de estructura individualista, la presencia del relato testimonial es poco clara, allí, donde el reconocimiento de uno mismo o del otro se realiza a partir del relato testimonial individualizado y no del grupo de pertenencia. La singularidad del testimonio recuerda a la del hombre, a la del individuo, átomo social, indivis, amo relativo de sus elecciones, que se plantea como “yo” y ya no más como “nos otros”. ¿Se ha hecho, de la narrativa testimonial, un producto mediatizado? ¿Nos encontramos los cristianos inmersos en testimonios individualizados? ¿Hemos perdido la noción de testimonio comunitario y colectivo? Son algunas de las interrogantes que se propone.
El objetivo con esta ponencia es el de presentar, dialogar y debatir los enfoques, algunos métodos y algunos resultados de varios años de investigación socialmente referida y en clave cristiana para propiciar la apropiación crítica de algunas estrategias para analizar “la narrativa testimonial contemporánea” desde una perspectiva histórica, mediática y narrativa
[1] Ecuatoriano, estudiante investigador de posgrado. Tesista de la Maestría en Comunicación y Cultura Contemporánea (UNC). Becario del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en el área de: “Estado y formas de participación y representación en América Latina y el Caribe contemporáneos”. Es alumno adscripto al programa de investigación: Racionalidad social, modernidad, identidad y subjetividad en América Latina en el Centro de Estudios Avanzados (UNC). Actualmente se encuentra investigando el evangelismo en Córdoba.
[2] No es un dato menor manifestar que he venido investigando, desarrollando, problematizando, complejizando y conceptualizando, las bases en las cuales se produce la construcción de la identidad del creyente evangélico en la sociedad cordobesa contemporánea.
[3] La destestimonialización, es una noción socio-antropológica que me encuentro desarrollando en la actualidad. Basada no solo en una serie de entrevistas hechas a evangélicos a lo largo de tres años en la ciudad de Córdoba, sino de también de documentos históricos (testimoniales) que han llegado hasta mí.
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