sábado, 14 de diciembre de 2013

"Me lo dijo un soñador" : Crónica sexual de la destrucción capitalista y redención literaria


Por Fernando Reati 
Georgia State University

POLÍTICA Y CIUDADES IMAGINARIAS EN LA LITERATURA ARGENTINA DE LAS ÚLTIMAS TRESDÉCADAS .




Sinopsis:

En Sexilia (1998), Roberto Panko nos transporta a la ciudad de Sexópolis en el año 2694 donde impera un cruel sistema de esclavitud sexual. Sexilia es una bella y libidinosa mujer dedicada a la compra y venta de esclavos sexuales, y el relato está repleto de gráficas descripciones de su ilimitado apetito erótico y de las vejaciones y perversiones sexuales a que los somete.

Hay claros ecos del Marqués de Sade, pero la pornografía y el sadomasoquismo son reapropiaciones paródicas de un modelo canónico que va de Sade a las novelas de colecciones tales como La sonrisa vertical. Al mismo tiempo, numerosas alusiones al género del comic de fantaciencia hacen pensar en la erótica viajera interestelar protagonizada por Jane Fonda en la película de 1968 Barbarella.

En Sexópolis, el poder ejercido sin límites consiste en la apropiación del cuerpo humano como objeto de placer, y recién cuando aparece un esclavo misterioso de quien Sexilia se enamora se plantea la posibilidad de un placer que no consista en la humillación y tortura de seres humanos. El nuevo esclavo, Rafael, le enseña a Sexilia un nuevo tipo de relación entre las personas, pero además  le confiesa que ella y su planeta sólo existen como fantasía erótica creada por él.

En efecto, en un capítulo posterior Rafael es un escritor bohemio en una ciudad empobrecida, que lucha por sobrevivir en una sociedad materialista y poco amiga de las ensoñaciones. Se trata de una ciudad de prostitutas, travestis, mendigos, dealers que ofrecen droga y policías corruptos, y Sexilia es la fantasía nocturna con que Rafael se reconforta de esa realidad agresiva....

Discusión: 

Podría ocuparme en este "post" de lo "superficial" en Sexilia. Es decir, de lo que en la superficie discursiva se deja muy claro entender : aquella crítica al sistema capitalista mediante un distopía sexual al estilo "Pasolini-Sade-Biza".

Y no es de sorprender que Panko no conociese "Saló o los 120 días de Gomorra" (Pasolini) para imaginar un destino tan similar en su novela "Sexilia". En realidad, es fácil de comprender que para un lector asiduo de Sade toda esta maquinaria del consumo fomentando el hedonismo y la individualidad por sobre la solidaridad y valores más "permanentes" sea representable perfectamente a la manera de una "máquina de carne" despedazando a sus oprimidos y sacando un provecho radical de su cuerpos mediante el goce sexual.

En verdad fue un gran problema del marxismo clásico desconsiderar todo lo que hace al poder "productivo", es decir, al poder no sólo como "panóptico" (Foucault) modelando conciencias y actitudes sino también generando deseos, oscuras voluntades que ponen sin cesar a girar la rueda del capitalismo como falso "garante de felicidad".

Desde una lectura "materialista" de este relato, esta sexoficción sería sin más preámbulo , una crítica radical hacia la opresión capitalista mediante el argumento de una ciudad distópica donde los esclavos sexuales obededecen a una reina tirana y sin amor...

Pero suena difícil explicar esta obra desde un lugar de "crítica marxista ortodoxa" más afianzada al terreno del realismo social. Recordemos que, las narrativas "tipo" del proletariado (Boedo) son en general "asépticas" y "maiqueístas" con lo cual se alejan mucho de Sexilia: ese gran festival de carne -un carnal-val- donde aún hay lugar para el amor.

Si nos salimos de la esfera de lo "superficial" y "más evidente" y nos concentramos en la polisemia del discurso literario; encontraremos una obra anárquica que propone el goce estético como lugar para el amor.

Pues en realidad, el pacto de la "ciencia ficción" se desmorona al final al proponer a Rafael -un internado en un hospicio mental- como el artífice de todo ese gran sueño "dantesco" que parece ser Sexilia.

O tal vez sea él un "testigo único" de ese espectáculo debido a una probable abducción de él por los seres de este planeta (lo que me recuerda a "Hombre mirando al Sudeste") o provenga él mismo de dicho planeta y haya sido "excluido" por su rebeldía al regimen.
Todo ese abanico de probabilidades ubican a Sexilia en el terreno de lo fantástico y en el lugar de la duda entre lo "normal" y lo "sobrenatural".

Como sea, Rafael ha previsto un mundo "horrendo" y se ha erigido en "salvador" de ese territorio inhóspito a través de su amor por la humanidad, que ha encantado a la "Salome" o reina infame que aunque lo tiene todo "la princesa esta triste, la princesa esta sola"...

Goce y voluntad creadora:

Stirner  (propulsor del "anarquismo individualista") se refiere al Yo, no en el sentido de ser un "vacío" sino de ser una "nada creadora". Este hombre, libre de quimeras y conceptos abstractos que determinan su existencia, finalmente tiene Propiedad sobre Sí Mismo al "liberarse de preceptos foráneos a sí mismos".

Por eso, no sólo el estado es "opresor", también lo es  LA RAZÓN (aquella temible premisa del "iluminismo" que paradójicamente vino a "racionalizar" la exclusión de lo diverso y lo "irracional" como signos de retroceso espiritual).

Un loco  o un héroe -o ambas cosas- soñándose como libertario de un mundo sin amor y duplicando en el plano de la ficción al autor "real" que es el verdadero "mago" creador de Rafael y de Sexilia (y acaso él mismo sea un sueño de otro... ¿por qué no?).

Lo que me importa de Sexilia no es tanto el problema -tristemente real- y que yo concibo como "realista" (es el realismo atroz de una ficción donde los pobres son despedazados en pos de beneficios personales de los poderosos)  sino el fantástico de esa novela: la incursión de Rafael al final. 

Siendo la Modernidad un lugar de gran "vacío" espiritual proveniente de la progresiva secularización de la vida, la alienación y la atomización comunitaria y una gran "represora" de los deseos "primitivos" en pos del progreso material - lo que Freud describió en el Malestar en la Cultura- , la verdadera rebelión consistiría en frenar los niveles de represión social.

Lejos ya de tener éstos sólo la función sustancial de "separar a la madre y prohibir el incesto" estarían provocando un agudo "Malestar de la Burguesía"  (Marcuse) que no se solucionaría ni con cientos de sesiones de diván . 

Recuperando entonces a Kant, habría que buscar el "goce" en lo estético y en la idea de "juego" hacia la vida,  siendo la literatura, por su valor "mágico" de construir con las palabras, un modelo a seguir. Para Adorno, sería el efecto "anamnético" de la literatura, el creador de la conciencia de un mundo pre-burgués naturalmente visibilizado a través de ella, y en su polisemia natural. 

Así es que el gran "salvador" de Sexilia, es un héroe romántico y bohemio incapaz de "adecuarse" a un mundo sin poesía. Un escritor, escribiendo una novela. Y a esto "me lo dijo un soñador..."


Fundamental:

 VER. Marcuse, Herbert (2006). Eros y Civilización. Ed. Paidós. Bs.As. 

Ver:  https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxzZXhpbGlhdGhlYm9va3xneDo3NjQxNGNlZGJkOTY0ZjFj
 

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